8 faros que debes visitar en tu próximo roadtrip por Puerto Rico
Los faros tienen un atractivo cautivador, tanto por la historia que cargan, como por el aura de misterio que se les atribuye en las películas. La ubicación de cada faro se destaca por estar en zonas aisladas y con buena visibilidad del mar.
Puerto Rico cuenta con varios desde 1869, fecha en la que el gobierno español aprobó el primer plan para dar servicio a los barcos que navegaban por aguas cercanas. Norma Castaldi, en su libro Los faros de Puerto Rico (ICP, 2013), explica que se tomó en cuenta la topografía del terreno, las condiciones atmosféricas y la clase de faro recomendada para seleccionar la localización de los faros.
Aquí te compartimos una guía para que aprendas un poco más de ellos, dónde están y te animes a visitarlos en tu próximo recorrido por la isla.
Zona Norte
Desde volar chiringas en sus predios hasta tomarnos fotos encima de los cañones, muchas son las memorias que se tienen del Castillo San Felipe del Morro. Pero, ¿sabías que este cuenta con el faro más antiguo de Puerto Rico? El mismo existe desde 1846 y fue reconstruido en tres ocasiones, en 1876, 1899 y 1908. Hoy día, el Morro forma parte del San Juan National Historic Site.
Zona Sur
A pesar de no estar habitada, la pequeña isla Caja de Muertos, al sur de Ponce, tiene su propio faro. Según la Librería del Congreso, fue construido en 1887 como faro de tercer orden y se alza sombríamente en el punto más alto de una isla rocosa y desértica cuyo nombre describe su forma natural de ataúd. Además, la estructura tiene una inusual forma de «T» de doble brazo en forma de cruz de Lorena, que la hace única dentro del sistema de faros.
Construído en la década de 1890, el faro Punta Tuna en Maunabo permitía al gobierno español dar servicio a la costa sureste de Puerto Rico, desde lo alto de una pequeña península. Actualmente, el parque del faro está abierto de miércoles a domingo, de 9:00 a.m. a 4:00 p.m.
Zona Este
Este faro fue construido por don Juan Puig Cerber en 1895 en una colina al norte del pueblo de Isabel Segunda, en Vieques. Hoy día, tras una restauración en 1992, es un pequeño museo que exhibe una colección de artefactos y fotografías que cuentan la historia de la Isla Nena. De igual forma, sirve como mirador y lugar para eventos y reuniones.
El Faro Culebrita se iluminó por primera vez en 1886. El ingeniero español Manuel Maese Peña trabajó dos versiones del faro en 1881 y 1883 y utilizó, por ejemplo, piedras de la propia isla de Culebrita para su edificación. Hoy día, Para La Naturaleza tiene a su cargo un proyecto de restauración del Faro Culebrita con el que buscan crear un centro de visitantes e investigación con oportunidades educativas y recreativas.
Zona Oeste
Ubicado en el sector Llanos Costa, el Faro Los Morillos fue construido en 1877 y tardó seis años en completarse. Fue diseñado por los ingenieros españoles Manuel Maese Peña, E. Gadea y M. Sainz, y proveía vivienda para dos torreros y sus respectivas familias. El faro forma parte del sistema de alumbrado marítimo de Puerto Rico y, en 1981, fue incluído en el Registro Nacional de Lugares Históricos del Departamento del Interior de los Estados Unidos.
Fue construido en 1892 para cubrir el espacio entre los faros de Punta Borinquen y el de Cabo Rojo. No obstante, fue destruido en varias ocasiones, como ocurrió en 1918 a consecuencia de un terremoto. Al principio, la luz era producida por velas y luego por aceite. Ya para 1959 funcionaba con baterías. A partir de 1993, el faro se convirtió en un parque pasivo con museo marítimo, cafetería, bohíos y miradero para observar las ballenas y la Isla Desecheo.
El faro de Isla de Mona es el faro más grande de Puerto Rico y el único construido en hierro y acero. La construcción del mismo comenzó en 1888 y finalizó entre 1898 y 1900. La linterna de doce lados era activada por un sistema de reloj. De igual forma, en 1938 se instaló un mecanismo eléctrico y en 1973, contaba con un sistema automático. Sin embargo, el faro cesó operaciones en 1976.
Ilumina tu curiosidad
Cada faro tiene su historia, diseño y particularidades. Aunque ya no todos funcionen igual, son un recuerdo de nuestro pasado y mantienen un legado que vale la pena aprender y conservar.