Colores de la historia: El legado del muralismo en Puerto Rico
En el puente de la avenida Roberto H. Todd, en Condado, se encuentra una obra que forma parte de la tradición muralista puertorriqueña: “El Batey”, del artista Rafael Rivera García. Los murales cubren ambos lados del puente y muestran a dos grupos de personas taínas— hombres y mujeres— jugando batú, o pelota.
Al igual que en ‘El Batey’, los murales de artistas puertorriqueños han capturado a lo largo de los años escenas de nuestra historia, costumbres y cultura popular en las paredes del país.
Esta expresión artística surgió en Puerto Rico a principios del siglo XX y continúa hoy en día con una nueva cepa de artistas y eventos que promueven el arte muralista. A continuación, te contamos una breve historia del muralismo en el archipiélago, desde Rafael Ríos Rey hasta Alexis Díaz.
Los inicios del muralismo criollo
El muralismo cobró auge en Puerto Rico en la década de 1930, y uno de los pioneros de esta expresión artística fue el ponceño Rafael Ríos Rey, quien realizó más de 40 murales de gran tamaño, según el historiador y fundador de la Casa Paoli, Néstor Murray Irizarry.
Nacido en 1911, Ríos Rey se crió en una familia de artistas plásticos y trabajó con el pintor y muralista catalán Ismael D’Alzina, quien estuvo radicado en Puerto Rico. Algunos de los murales de Ríos Rey incluyen “La represa” y “La fundición”.
Rafael Ríos Rey comenzó a hacer los murales utilizando las enseñanzas que le habían enseñado su familia, pero también las que le enseñó Ismael D’Alzina, que sí era un muralista.
–Nestor Murray Irizarry, autor del libro “Rafael Ríos Rey y el muralismo en Puerto Rico”.
“Rafael Ríos Rey comenzó a hacer los murales utilizando las enseñanzas que le habían enseñado su familia, pero también las que le enseñó Ismael D’Alzina, que sí era un muralista”, dijo Murray Irizarry, autor del libro “Rafael Ríos Rey y el muralismo en Puerto Rico”.
Otros muristas puertorriqueños importantes fueron Augusto Marín y Rafael Tufiño, quien entre 1952 y 1954 pintó “La Plena”, creada originalmente como telón de fondo para una película.
Programas para fomentar el muralismo
A mediados del siglo XX, el gobierno de Puerto Rico comisionó murales a través de distintos programas, señaló Murray Irizarry. La Compañía de Fomento Industrial contrató a diversos artistas locales para decorar fábricas con murales. Y el Instituto de Cultura Puertorriqueña contaba con su propio programa para comisionar murales en estructuras públicas.
En la década de 1970, Rivera García estableció un programa de murales a través del cual se realizaron más de 570 obras en Puerto Rico y Estados Unidos, según la página web del Museo de Arte de Puerto Rico.
El muralismo hoy
El muralismo, particularmente el llamado arte urbano, ha cobrado un nuevo auge en años recientes con el surgimiento de festivales y eventos especiales. De hecho, el festival Color Caribe, que contará con la presentación de muralistas locales e internacionales, se llevará a cabo en el parque Agroturístico El Dorado durante los próximos dos fines de semana.
Y desde 2010, el evento muralista Santurce es Ley ha adornado con arte edificios en esa comunidad de la ciudad capital.
Al mismo tiempo, artistas como Hector PR, David Zayas, Vero Rivera y Bik Ismo han convertido las calles y edificios de Puerto Rico en su lienzo. Colectivo Moriviví, por ejemplo, un grupo de mujeres artistas, pintó en 2015 el mural “Paz para la Mujer” en la avenida Fernández Juncos. Y una obra en tinta china del artista Alexis Díaz decora la fachada del Museo de Arte de Puerto Rico.
“Hay mucha fe, hay mucha esperanza”, dijo el historiador y folklorista. “Yo me alegro mucho y yo felicito a esos jóvenes (artistas)”.
Preservar la historia
Para Murray Irizarry, sin el cuidado de preservación adecuado, un mural puede “sufrir muchísimo” y la conservación de los murales guarda relación con “la historia de un país”.
El muralismo, por ejemplo, “casi siempre lo que hacen es narrar sucesos históricos en muchos casos, costumbres, tradiciones”, dijo.
“La preservación es bien importante no tan solo por la historia del país”, dijo Murray Irizarry, “sino también porque es una manera de tu poder mostrar las cosas valiosas que se han hecho en un lugar y dejar un testimonio”.