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Ashleyann Lozada, la primera boxeadora puertorriqueña en busca del oro olímpico: “Tengo el nivel para llevarme esa medalla” 

Cuando su mamá la llevó por primera vez a sus 16 años a un gimnasio de boxeo, Ashleyann Lozada Motta ni se imaginó que ahora, más de una década después, estaría haciendo historia en París como la primera boxeadora puertorriqueña en llegar a competir en unos Juegos Olímpicos.

“La verdad es que yo a esa edad peleaba mucho en la escuela y mi mamá me llevó a un gimnasio para que yo pudiera canalizar mi carácter. Había un muchacho que antes vivía en mi barrio que había hecho algunas peleas cuando niño y le dio con entrenarme. Así empecé.”, recordó Ashleyann durante una entrevista telefónica desde la Villa Olímpica situada en la comunidad francesa de Saint-Denis, a las afueras de París.

El camino desde su barrio natal Palmarito, en Corozal, hasta la capital de Francia, ha sido largo pero fructífero para la talentosa atleta que con 33 años recién cumplidos está representando a Puerto Rico en la mayor competencia deportiva internacional que arrancó el 26 de julio.

Suministrada.

“Para mí el clasificar y ser la primera (boxeadora boricua), es un orgullo. Poder ser pionera y, a la vez, después de tantos años que llevo en el boxeo, poder decir que todo lo que he hecho ha valido la pena, me llena de satisfacción”, expresó Lozada, quien a la vez reconoció tener sentimientos encontrados por estar sin sus compañeras del equipo nacional que no lograron el pase para acompañarla en la hazaña olímpica.

“Se siente un poco solitario y triste también, especialmente por mi compañera y amiga Stephanie Piñeiro que lleva conmigo muchos años en esta trayectoria y quisiera tenerla aquí conmigo compartiendo este sueño, que también era suyo. Pero sé que haré una buena representación por ellas y por mí.”, expresó.

En busca del oro

Ya en la cuenta regresiva para subir al ring el 2 de agosto y con la mente puesta en treparse a lo más alto del podio, la pugilista que peleó en la división de 57 kilogramos (125 libras) se muestra segura tras haberse medido con otras contendientes en varios guanteos durante sus entrenamientos como parte de la concentración que realizó en la ciudad francesa Vittel.

“Mira, rival fuerte, realmente, no creo que tenga ahora mismo una rival fuerte. Yo estoy en un nivel más alto (que el resto de ellas), por decirlo así. Me he estado enfrentando cara a cara con quienes me voy a encontrar en las Olimpiadas y estoy sumamente contenta con mi preparación”, afirmó Lozada, quien confía en su ventaja técnica frente a las otras peleadoras que competirán en su categoría.  

Evocando la gesta de Mónica Puig en el 2016, cuando escribió en Río de Janeiro el primer capítulo dorado en la historia olímpica de Puerto Rico, y la segunda medalla de oro que ganó Jasmine Camacho-Quinn en los Juegos de Tokio 2020, Ashleyann se visualiza siendo ella -otra mujer- quien hará sonar otra vez La Borinqueña ante el resto del mundo.

Suministrada.

“Si son los planes de Dios, esa medalla olímpica va a ser mía. Yo he trabajado súper duro, me he concentrado, he sido muy disciplinada. El talento lo tengo. Yo sé que tengo el nivel para llevarme esa medalla.”, aseguró. 

A su confianza no le faltan fundamentos: además de haber clasificado a estas Olimpiadas como medallista en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023, ha sido nueve veces campeona nacional, ya cuenta con dos medallas de oro de los Juegos Centroamericanos y del Caribe y otra presea dorada que obtuvo en el Campeonato de Boxeo Continental 2023.

Y aunque su indiscutible talento le ha pavimentado un camino de éxitos hasta donde está hoy, Lozada reconoce que los problemas económicos han sido el mayor obstáculo en su carrera, la cual tuvo que poner en pausa durante cuatro años por falta de soporte financiero, un factor común entre muchos atletas puertorriqueños.

“Al principio no tenía ninguna ayuda económica, así que decidí parar mi carrera a los 18 para ponerme a trabajar y estudiar, y volví a retomar el deporte más tarde, ya a mis 22. Desde ese entonces, mi mamá siguió motivándome para que no lo dejara.”, contó Lozada, quien aprovechó su tiempo fuera del cuadrilátero para comenzar a estudiar un bachillerato en Justicia Criminal, el cual proyecta culminar en un futuro cercano.

A raíz de su propia experiencia y en momentos en que se ha levantado en la isla un debate sobre la inversión en el deporte de alto rendimiento, la cual recientemente la propia directiva del Comité Olímpico de Puerto Rico reconoció como limitada, Lozada subraya la necesidad crucial de respaldar a los deportistas locales. 

Suministrada.

“Ahora mismo el Comité Olímpico me paga y eso es un alivio, me quita una preocupación. Antes, cuando no me pagaban, me tenía que levantar más temprano para poder trabajar… y la realidad es que un atleta de alto rendimiento tiene que tener sus horas de descanso. Sino, no lo va a lograr, no va a llegar.”, comentó la corozaleña. 

“En cambio, cuando te pagan, tienes la posibilidad de poder estar al mismo nivel que están los otros países. Y de verdad que Puerto Rico está lleno de talento, pero si se hiciera un poquito más económicamente, el puertorriqueño se haría sentir mucho más.”, agregó. 

Tras abrirse paso en un deporte histórica y culturalmente vinculado a los hombres, Lozada, quien creció inspirándose en su compatriota Miguel Cotto, destaca la importancia de la creciente representación femenina y lleva en sus hombros la esperanza de convertirse en una referente para las futuras generaciones de boxeadoras mujeres. 

“Cuando yo empecé, la realidad es que el boxeo femenino no estaba tan elevado. Pero actualmente, y no solo en el boxeo, en el mundo deportivo en general, quienes estamos sacando la cara por el país somos las mujeres”, destacó la olímpica que visualiza eventualmente dar el salto al boxeo profesional donde ya el nombre de Amanda Serrano ha cobrado peso y, más adelante, convertirse en entrenadora para desarrollar futuros talentos. 

 “Quiero que la juventud sepa que todo es posible. Yo tengo 33 años y ahora es que estoy debutando en unas Olimpiadas. A pesar de muchos fracasos que tuve en el pasado, incluso el no haber clasificado antes, no lo di por hecho y tampoco me rendí. Y aquí estoy.”, reflexionó.

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