Oeste

Survival Beach se caracteriza por los peñones y veredas que te llevan por un tramo de 15 a 20 minutos hasta una poza en la que podrás darte el primer chapuzón antes de continuar con tu aventura entre pequeñas playas y veredas que componen este bosque playero. Una playa para quienes aman la adrenalina y el hiking ya que en cada rincón de la misma encontrarás nuevos atractivos que explorar, como la cueva de Survival.

Entre un camino de arena y piedras se encuentra un pozo secreto para nadar a través de manglares bañados por aguas cálidas y tranquilas. La también conocida como Playa de las Paldas en Guánica, cerca de Playa Santa, es un espacio escondido perfecto para nadar y hacer deporte acuático. Aunque para llegar hasta este paraíso debes pasar un camino de tierra, el paisaje al final, valdrá la pena.

Un espacio bohemio e intimo, perfecto para refrescar alma y paladar. Ubicado en las montañas de Naranjito, su vista solo es superada por la extensa oferta de platos de cocina local e internacional.

Esta casa con arquitectura de 1912 cuenta con cuatro habitaciones equipadas y ofrece desayuno, almuerzo y cena. Incluye balcón compartido, WiFi y tours de la ciudad.

Este local ofrece bizcochos y dulces artesanales. Además de tus creaciones creativas de pastries, ofrecen menú de café y brunch.

Aprovecha los weekend roadtrips por el oeste para visitar Ajibara’o en Aguada. Un espacio diseñado para el disfrute familiar con áreas recreativas y granja llena de animales. Disfruta de tu comida con vista al río Cañas.

Este pequeño espacio abrió sus puertas en noviembre y ofrece una impresionante colección de literatura puertorriqueña e internacional. Aquí encontrarás una variedad de tesoros de segunda mano y si andas indeciso/a, no dudes en pedirle recomendaciones a la dueña, Aryam.