Crea tu nueva lista

¿Sabías que en Puerto Rico se celebra el Festival del Bonsái?

Disfruta del arte viviente del bonsái en su festival trujillano.

Moldear una planta en una obra de arte requiere paciencia y disciplina, especialmente en la práctica del bonsái, que busca darle movimiento, geometría y singularidad a un árbol o arbusto de grandes proporciones en una versión miniaturizada del mismo. 

El séptimo Festival Nacional del Bonsái en Trujillo Alto – celebrado entre el 19 al 21 de julio – exaltó esta disciplina, convirtiendo el Coliseo Rubén Zayas Montañez en una especie de jardín japonés-caribeño con piezas artísticas vivientes únicas e intrínsecas. 

Este año, la exhibición libre de costo contó con más de 100 bonsáis, 77 exhibidores y coleccionistas privados y seis demostradores expertos para el disfrute del público. 

Entre las características que determinan un bonsái de calidad, se encuentran la apariencia de un árbol maduro o viejo con bastante ramificación interna, hojas pequeñas o que sean proporcionales a su tamaño y debe tener una forma definida.

 Este último se logra por medio de técnicas de poda, alambrado y trasplante para manipular – sin damnificar – su estructura original, el cuidado del bonsái dependerá del tipo de planta y las condiciones de su medio ambiente. 

Curiosamente, algunas plantas nativas son excelentes para el bonsái como la nia, el roble, el mangle botón y el almácigo. Y es que, para la práctica del bonsái, no existen limitaciones.

“La planta se adapta a las condiciones que tú le ofrezcas. Usamos plantas de hoja pequeña preferiblemente”, pero no existen reglas escritas en piedra, explicó Pedro Morales, presidente de la Federación de Bonsái de Puerto Rico, quien cuenta con más de 40 años de experiencia en el “arte viviente”. 

Este año, la exhibición libre de costo contó con más de 100 bonsáis, 77 exhibidores. Sumunistrada.

En casos de árboles florales y frutales, estos deben ser pequeños para mantener las proporciones ideales. Las acerolas, guayabas, grosellas son algunos ejemplos. 

Durante el evento, hubo charlas y talleres para aficionados de todos los niveles. El bonsaista Christopher Sambolín demostró sobre el cuidado básico del junípero, una planta conífera no endémica de Puerto Rico. 

“Lo importante con este tipo de bonsái es que hay que tener mucha paciencia, y dejar que la planta sea libre, que crezca y se adapte a las condiciones del Caribe.” 

Sambolín utilizó técnicas de alambrado para mostrar cómo estilizar el junípero, lo cual compara con los “braces en los dientes”. 

Se pueden utilizar cables de aluminio de diferentes grosores para realizar los amarres, dependiendo del grosor de las ramas. “Una vez en la posición, se remueven», mencionó. 

Los presentes también disfrutaron de las enseñanzas del maestro japonés Koji Hiramatzu, especialista en bonsáis con altura de menos de ocho pulgadas, y de Sean Smith, bonsaista renombrado y experto del suiseki, un arte japonés que exhibe piedras con formas solo encontradas en la naturaleza.  

Koji Hiramatzu, especialista en bonsáis. Foto: Ángeles R. Rodríguez Negrón

Además, la exhibición contó con kioscos de productores locales con materiales y herramientas para el bonsái disponibles para la venta. 

Para muchos de los negociantes, como Dayanara Negrón, copropietaria de Bonsai La Montaña en Arecibo, “lo que comenzó un día como una pasión por el arte, se convirtió en nuestro negocio y sustento”.